▷ El pasado 21 de mayo, autoridades de UEPC, SADOP, ADIUC, AMET y SUOEM conformaron una mesa de sindicatos del sector educativo de la provincia de Córdoba, con el objetivo analizar la situación sanitaria y articular medidas en defensa de la salud y la vida de las y los docentes, estudiantes y de la comunidad en general.
Frente al incremento exponencial de contagios y fallecimientos y el colapso del sistema de
salud, los sindicatos expresaron su preocupación por las confusas medidas adoptadas en
Córdoba y la falta de diálogo de las autoridades provinciales y municipales con los actores
del sistema educativo. La adhesión de Córdoba a las restricciones dispuestas por el
gobierno nacional durante los próximos 9 días supone un alivio a la crítica situación actual,
pero deja planteados nuevos desafíos hacia adelante. Desde los sindicatos docentes, se
demanda a los gobiernos políticas que protejan la salud y garanticen el derecho a la
educación, así como el acceso a información confiable sobre el impacto de la pandemia en
las comunidades educativas.
En la reunión de hoy se analizaron los datos actuales sobre la pandemia y se compartieron
reportes de las críticas situaciones que se viven en las escuelas. El encuentro comenzó con
la presentación del Informe “Impacto de la presencialidad escolar en los casos confirmados
de COVID-19”, realizado por un conjunto de investigadores de CONICET de todo el país. El
Dr. Rodrigo Quiroga, investigador de CONICET, docente de la UNC y uno de los
colaboradores en dicho informe, dio cuenta de las correlaciones entre la presencialidad
escolar y el aumento de contagios durante las últimas semanas en Argentina, y comparó
con las experiencias relevadas en otros países. Según indicó, durante el último mes en
Córdoba se triplicaron los contagios entre niños y niñas menores de 12 años, lo que impacta
en el aumento de la circulación comunitaria del virus. “Es importante destacar que
aunque el nivel de letalidad en niños es casi nulo, el Covid deja secuelas a mediano y
largo plazo. No da lo mismo que los niños se contagien”, advirtió el especialista.
Por su parte, los referentes de los sindicatos docentes compartieron relevamientos sobre las
difíciles condiciones en las que se están desarrollando las actividades presenciales. Zulema
Miretti, secretaria adjunta de UEPC, cuestionó que las autoridades provincial y municipal
“parecen no ver la realidad, la baja asistencia de estudiantes a las escuelas, los
contagios entre docentes, el frío que los chicos y chicas pasan en las aulas”.
A su turno Daniela Moreno, secretaria adjunta de SADOP, aclaró que “de ninguna
manera estamos desconociendo el valor y la importancia de la presencialidad en las
escuelas. Lo que decimos es que en este escenario epidemiológico debemos
priorizar el cuidado de la vida y reducir las posibilidades de contagio”. A su vez, la
dirigente reclamó “que se avance con la vacunación de los y las docentes, porque
según la información que tenemos solo se ha vacunado al 40% de los docentes a los
que se exige asistir a las escuelas”.
El sindicato de docentes de la UNC, ADIUC, participó en representación de la docencia de
las escuelas preuniversitarias Monserrat y Belgrano. Su secretario general, Javier Blanco,
manifestó su preocupación por el carácter político de las posiciones y decisiones de muchas
autoridades que “sostienen la presencialidad escolar como única alternativa
existente”. Al respecto, destacó el importante trabajo y el enorme aprendizaje que tanto
docentes como estudiantes hicieron durante el 2020, diseñando estrategias de educación
virtual, produciendo materiales y generando actividades que permitieron sostener los
vínculos pedagógicos. “La discusión no puede ser presencialidad versus virtualidad
porque hay muchos matices, hay un sinnúmero de estrategias que se ponen en juego
en función de los contextos socioeducativos y de las condiciones epidemiológicas
que vamos atravesando”, señaló.
En el caso de las escuelas municipales de Córdoba, la secretaria gremial de Educación del
SUOEM, Alejandra Gaia, describió la crítica situación que enfrentan los y las docentes
“con estudiantes que asisten con hambre, desabrigados, y ya en otoño pasan
muchísimo frío”. En cuanto a las alternativas de virtualización de la enseñanza, advirtió
que la mayoría de los hogares carecen del equipamiento tecnológico y las condiciones de
conectividad necesarias para acceder a actividades educativas virtuales. Por eso, consideró
que “el Estado municipal debe garantizar el derecho a la educación acompañando a
las familias con políticas alimentarias, con abrigo y con equipamiento y acceso a
internet”.
La secretaria de género de AMET, Jorgelina Grassani, expresó que “la presencialidad se
vuelve necesaria en algunas actividades propias de las escuelas técnicas, como los
talleres”. No obstante, coincidió con la necesidad de minimizar los encuentros presenciales
en escenarios como el actual, de incremento exponencial de los contagios y ocupación casi
total de las camas críticas en los centros de salud.
Las docentes, doblemente en riesgo
Como sabemos, la docencia es un territorio laboral fuertemente feminizado. Para las
trabajadoras de la educación, la vuelta a casa desde la escuela implica más trabajo: el
cuidado de familiares, el mantenimiento del hogar, el acompañamiento de las actividades
escolares de hijos e hijas, son tareas que recaen mayoritariamente sobre las mujeres. En el
escenario de pandemia, todos estos trabajos se vuelven particularmente complejos y
colocan a las mujeres en una situación de fuerte desamparo.
La mesa de sindicatos docentes en alerta quedó conformada así como espacio permanente
de diálogo sectorial, para realizar un seguimiento de la situación sanitaria desde la
perspectiva de los y las educadoras de Córdoba. Exige a las autoridades de cada nivel
educativo respuestas adecuadas para los diferentes escenarios, que protejan la vida y la
salud de la comunidad y que garanticen el derecho a la educación. En ese sentido, el
avance del plan de vacunación a docentes es una condición insoslayable para programar
una presencialidad segura en las escuelas. Asimismo, demanda espacios de diálogo e
información sistemática y completa sobre la situación epidemiológica, de modo de poder
construir en conjunto las mejores alternativas para atravesar la crisis.